2/8/03

Investigacion de Miguel Yarza


Por fin sabemos quienes somos y por qué hemos llegado a esto!!
Ha tenido que ser Miguel, que se lee todo lo que pilla (dicen que se ha leido hasta las poesías de Góngora y Argote, de los dos), el que investigara seriamente los orígenes filológicos de la palabra Camarrupa.
Aquí teneis el concienzudo estudio, de puño y letra de Miguel, y en varios idiomas:

Kama-rupa y Camarrupa

Releyendo “Luces de Bohemia” de Valle-Inclán me he detenido en un momento de la Escena Novena en la que Max Estrella dialoga con Don Latino de Hispalis y Rubén Darío en el Café Colón y ante unas expresiones esotéricas de Don Latino se produce el siguiente intercambio:

“MAX: ¡Calla, Pitágoras! Todo eso lo has aprendido en tus intimidades con la vieja Blavatsky.
DON LATINO: ¡Max, esas bromas no son tolerables! Eres un espíritu profundamente irreligioso y volteriano! Madame Blavatsky ha sido una mujer extraordinaria y no debes profanar con burlas el culto de su memoria. Pudieras verte castigado por alguna camarrupa de su karma. ¡ y no sería el primer caso!”
Creo que en otra ocasión había resbalado sobre el pasaje pero esta vez trate de ver que significado tenía aquí la palabra camarrupa y como se relacionaba con la teosofía de la señora Blavatsky.
Primero recurrí al glosario de Joaquín del Valle-Inclán que acompaña a la edición que tengo de Luces de Bohemia (Austral, 2002) en donde se dice:
“camarrupa: término teosófico, generalmente escrito «kamarupa». Es una forma originada por los deseos y que sobrevive a la muerte de su creador. El sentido aquí es de «espíritu vengador».”

Y posteriormente a la obra de Blavatsky (1831 – 1891), señora rusa que se estableció en el medio anglosajón y que confundo en 1875 la Sociedad Teosófica, hoy con sede en California y que estaba muy en boga a comienzos del siglo XX, cuando escribe Valle-Inclán. En su libro: “The Key to Teosophy”, publicado originalmente en 1889 y accesible en: Theosophical University Press Online Edition, trata el tema en la “Section 9: On the Kama-Loka and Devachan” y en el glosario con el que concluye, en donde escribe:

Kama Rupa (Sans.) Metaphysically and in our esoteric philosophy it is the subjective form created through the mental and physical desires and thoughts in connection with things of matter, by all sentient beings: a form which survives the death of its body. After that death, three of the seven "principles" — or, let us say, planes of the senses and consciousness on which the human instincts and ideation act in turn — viz., the body, its astral prototype and physical vitality, being of no further use, remain on earth; the three higher principles, grouped into one, merge into a state of Devachan (q. v.), in which state the Higher Ego will remain until the hour for a new reincarnation arrives, and the eidolon of the ex-personality is left alone in its new abode. Here the pale copy of the man that was, vegetates for a period of time, the duration of which is variable according to the element of materiality which is left in it, and which is determined by the past life of the defunct. Bereft as it is of its higher mind, spirit and physical senses, if left alone to its own senseless devices, it will gradually fade out and disintegrate. But if forcibly drawn back into the terrestrial sphere, whether by the passionate desires and appeals of the surviving friends or by regular necromantic practices — one of the most pernicious of which is mediumship — the "spook" may prevail for a period greatly exceeding the span of the natural life of its body. Once the Kama Rupa has learnt the way back to living human bodies, it becomes a vampire feeding on the vitality of those who are so anxious for its company. In India these Eidolons are called Pisachas, — and are much dreaded.”

He encontrado también una traducción de esto en Internet:

“Kama Rupa (Sánscrito). Metafísicamente, y en nuestra filosofía esotérica, es la forma subjetiva creada, en virtud de los deseos y pensamientos mentales y físicos relacionados con objetos materiales, por todos los seres sencientes, forma que sobrevive a la muerte del cuerpo
Después de esta muerte, tres de los siete “principios” –o, mejor dicho, planos de los sentidos y de la conciencia en los cuales actúan por turno los instintos y la ideación del hombre, a saber: el cuerpo, su prototipo astral y la vitalidad física-, no teniendo ya ninguna nueva utilidad, permanecen en la tierra; los tres principios superiores, agrupados en uno solo, se sumen en el estado de Devachan (véase esta palabra), en cual estado el Ego superior persistirá hasta que llegue la hora de una nueva reencarnación; y el eidolon de la ex personalidad se queda solo en su nueva morada
En ella, el pálido duplicado del hombre que fue, vegeta durante cierto período de tiempo, cuya duración es variable y proporcionada al elemento de materialidad que ha quedado en él, y está determinada por la pasada vida del difunto
Privado como se halla de su mente superior, espíritu y sentidos físicos, si queda abandonado a sus propios designios insensatos, se desintegrará y desvanecerá de un modo gradual
Pero si es atraído violentamente de nuevo a la esfera terrestre, ya por los apasionados deseos y por las instancias de los amigos sobrevivientes, o ya por las prácticas nigrománticas ordinarias –una de las más perniciosas de las cuales es la mediumnidad-, el “fantasma” puede substituir durante un período de tiempo que excede mucho al de la vida natural de su cuerpo
Una vez el Kâmarûpa ha conocido el camino para volver hacia los cuerpos humanos vivientes, se convierte en un vampiro, que se nutre de la vitalidad de aquellos que tanto ansían su compañía.”
En el mismo sitio web en que viene esta traducción, www.ecovisiones.cl/diccionario/K/KAMA-RUPA.htm, se añade:
“Así dice el Bhagavad-Gîtâ, aludiendo a la índole variable del deseo y de la pasión: “Pertinaz enemiga del sabio, vela el conocimiento… adoptando la forma del deseo (Kâmarûpa), insaciable como el fuego” (III, 39), “… mata a ese enemigo que tiene la forma del deseo (Kâmarûpa)…” (III, 43).”
Recurro ahora al venerable texto del Bhagavad Gita, El Canto del Señor, de aproximadamente el siglo VI a. C., y a los párrafos citados del capítulo 3, cuando Krishna está instruyendo a Arjuna: ( versión de Consuelo Martín, Trotta, 2007)
“39. Hijo de Kunti, el conocimiento de la verdad está encubierto por el constante enemigo del hombre de sabiduría, el deseo que es un fuego insaciable.

43. Al comprender que el Ser es superior a la razón, poniendo la mente en equilibrio, tú de poderosos brazos, destruye el deseo, ese enemigo difícil de vencer.”

Es decir, al menos en esta traducción, kamarupa, se traslada como deseo, creo que entendido en la forma más clásica de la tradición filosófica hindú.

En la base de datos de la RAE la palabra camarrupa tan sólo se referencia en relación a la cita en Luces de Bohemia en consideración. Por ello cabe suponer que nunca fuera incluida en el Diccionario. Posiblemente es la forma castiza que le dio Valle-Inclán al término kamarupa en uso en ciertos ambientes de su época a partir de la lectura de las obras teosóficas.

En resumen: parece que el sentido primigenio de kamarupa, en la antigua literatura india, es el de deseo. Probablemente a partir de la elaboración de los desarrollos de la tradición hindú en el mundo occidental y muy particularmente dentro de la teosofía (dentro de la cual es figura insigne Blavatsky), la palabra cobra otro carácter: ahora se entiende como el pálido resto del hombre ligado al deseo que pervive a su muerte y que tiene su propia evolución que le pude llevar a la extinción, la reencarnación o a la manifestación tangible en otras personas. Es este ultimo significado el que llega a España a finales del siglo XIX y principios del XX y el que le concede Valle-Inclán al término castellanizado de camarrupa. 

(No, si esto del deseo se veía venir....)