Por fin un sábado sin ciclogénesis explosiva y sin subidas asilvestradas al Collado del Tirobarra ese.
En lugar de eso, día placentero, compañía placentera y excursión placentera magníficamente liderada por Ángel y Magdalena que nos llevó hasta los Altos de Hontanares y nos hubiera llevado mucho más allá si no le frenamos en seco. No se puede pedir más.